Es de pueblo

Autor: Alejandro José Ortiz Sampablo

Hace unos días volví a escuchar una frase con la cual algunos sujetos se refieren a otros, con la intención de humillarlos y tratarlos como si fueran de menor valor.

En una conferencia

Comenté a los chicos lo importante que es conocer nuestros orígenes e historia. Somos descendientes de una de las seis civilizaciones más antiguas del planeta, con origen autónomo,  que logró el más alto desarrollo en la historia de la humanidad.

No solo nos olvidamos de ello, también de la propia historia. Conforme crecemos, parte de ella pareciera queda sepultada. Las experiencias de vida nos impactan y dejan huella, de lo cual se hace memoria, sólo que algunos eventos cobran mayor relevancia, así, se gesta una selectividad en el recuerdo.

Una forma de ser sujetos preparados para afrontar al mundo es tener presente estas dos historias y asumir lo que se es,  no pretender ser algo que no.

Es de pueblo

Después de la conferencia en la Escuela Secundaria Técnica #101 en San Juan Guichicovi un chico me preguntó -como hizo usted para sobresalir-. Me dijo, que algunos de sus compañeros se refieren a otros a manera de desprecio, como gente de pueblo. Le pregunté, ¿Acaso no estamos en un pueblo?, -si- me dijo, sólo que hay otros como el mío, donde para llegar hay que cruzar dos ríos y es mucho más pequeño.

El recuerdo

La pregunta me sorprendió, es algo por lo que no me he preocupado desde hace mucho tiempo.

Sin embargo me hizo recordar, cuando de niño visitábamos la casa de la abuela. Unas tías tenían un trato hacia mis hermanas y a mí cuando estábamos solos y otro cuando se encontraban mis primos. Ese sentir de favoritismo de parte de ellas lo atribuía a mi color de piel, rasgos físicos y comportamiento (era un niño muy inquieto).

El abrigo de esta idea se vio reforzada con otras vivencias. En el taller de mi padre, algunos trabajadores se referían a otro para denigrarlo, como “pinche yope”, “pinche indio” o “es de pueblo”.

La confusión

Por otro lado no sabía a bien, de que se trataba el insulto, pues quien lo emitía era de rasgos físicos parecidos, deducía que trataban de insultar algo referente a su comportamiento, tuvieron que pasar unos años para entender que los seres humanos tiene un placer particular al insultar y agredir a sus congéneres, más aún aquellos que son de su misma condición.

En la historia

Esto tiene explicación histórica antropológica y psíquica. Un logro del empuje de la mundialización a partir del auge de las comunicaciones es la pérdida de la identidad, hemos comprado los ideales de belleza y bienestar.

La coincidencia

El sábado por la mañana en el seminario que imparte el Maestro Guillermo Marín, mencionó como permea en nuestra cultura la idea que lo criollo es lo mejor. Puso de ejemplo, que para darle un valor agregado a algún producto del campo se hace mención que es criollo. Cosa que es falsa, ya que en lo criollo no hay pureza, pero es la idea que hemos comprado y se nos olvida que pagamos caro por ella.

Te invito a que no te entregues a los ideales de otros, ya que la desilusión estará a la vuelta. Recuperemos nuestra historia e identidad para poder forjar un futuro más alentador.

Si quieres saber más llama a los teléfonos: 951 244 70 06 / 951 285 39 21 un psicoanalista te responderá.

Nota publicada el 04 de junio de 2018

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