Una tendencia infantil que no hace tejido social - Última de dos partes

Autor: Rafael Alfonso  

Como les comentaba en la nota anterior estamos por cerrar nuestro ciclo de intervención 2023-2024 en la escuela primaria Revolución Mexicana. Durante estos meses niños y niñas nos han permitido la escucha de sus inquietudes emocionales.

Una de las directrices del programa es confiar en la voluntad y la inteligencia de nuestros pacientes, la cual aplica a todos y a cada uno de ellos, sin importar su extrema  juventud, pues todo lo que nos comparten se hace en el marco de un dispositivo que procura el respeto y la atención absoluta.

Recordemos que la vida psíquica de los niños es tan compleja como la de los adultos, sib embargo es obvio que las herramientas con las que ellos cuentan para hacerle frente son más limitadas por causa del momento del desarrollo en el que se encuentran. El repertorio de nuestras emociones no es tan amplio como suponemos, de manera que nuestra vida adulta no agrega más emociones a las que experimentamos durante la infancia. Por otro lado, son pocos los adultos que se preocupan de su propia vida psíquica, menos de las de sus hijos, lo que refuerza que cada día sean más niños que crecen con una ineficacia para tramitar su vida afectiva, misma que por lo general causa estragos en lo social.

Formando una cultura psicoanalítica

A través de nuestro dispositivo clínico-social los niños normalizan el hecho de acudir a un servicio psicológico, de manera que se encuentran con un espacio donde pueden exteriorizar su vida interna sin que el adulto, en este caso el psicoanalista o psicólogo investigador, sea llevado por su curiosidad o explore por su propios designios. De esta forma contribuimos a barrer alguna serie de prejuicios al respecto de la atención de la vida psíquica.

Me siento particularmente gustoso de que los niños comiencen a identificarnos como  psicoanalistas y a nuestro servicio como psicoanálisis, es decir, no ocurre, como sucede comúnmente, que nos engloban como "psicólogos". Es una sutil, pero muy importante diferencia, cuando uno de nuestros propósitos es validar la vigencia del psicoanálisis como herramienta que puede hacer la diferencia en el tejido social.

Una enseñanza permanente

Una de tantas experiencias que nos brinda salir del consultorio para atender a un flujo constante de pacientes como lo permite “infancia es destino”, es que nos aleja de estandarizar el tratamiento, pues claramente salta a la vista la individualidad de cada paciente. Al ser extremadamente jóvenes nos permite ver a todo color como se conforman diversas disposiciones psíquicas ante el mundo exterior, aquellas que en nuestra clínica particular donde predominan los pacientes adultos, solo tenemos posibilidad de recoger cuando ya están conformadas plenamente.

Es en la vida infantil donde se pueden observar con claridad las tendencias pulsionales que no hacen tejido social o que lo deterioran. Estas tendencias se expresan en conductas que conocemos como egoístas, irresponsables, perezosas, desidiosas, agresivas, entre otras –que, seguramente usted, amable lector, conoce–, las cuales el niño o niña debe aprender a dominar con el auxilio de los padres, antes de que éstas alcancen su plena madurez. En el caso de los niños que atendemos, ahora son acompañados en este tramo de su vida tan importante por un o una psicoanalista del INEIP A.C.

¿Quieres saber más? Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/ 951 132 85 34 y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.! Síguenos en Facebook: Instituto de Estudios e Investigación Psicoanalítica A.C.-INEIP.

Nota publicada el 08 de julio de 2024

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